La historia de Los Apson Boys, una banda que emergió en la década de 1960 en México, es un relato de pasión, lucha y sueños musicales. Fundada por Arturo y Francisco Durazo, quienes crecieron entre la música tradicional mexicana y el rock and roll estadounidense, la banda comenzó su travesía en Ensenada, donde su deseo de imitar los sonidos que admiraban los llevó a formar un grupo musical. Junto a ellos se unieron José Luis García “Lichi” y otros talentosos músicos, creando una fusión única que resonaba con la juventud de la época.

El nombre “Los Apson” fue sugerido por el locutor Ricardo Rivas, quien inspiró a los jóvenes a utilizar las iniciales de Aguaprieta, su ciudad natal, combinadas con “Boys”. Su ascenso fue meteórico gracias a sus actuaciones en fiestas y locales, como el famoso Silver Dollar, donde comenzaron a ganar popularidad. Sin embargo, el verdadero despegue llegó cuando fueron impulsados por la caravana artística de Los Rogers, quienes los animaron a probar suerte en la Ciudad de México.

Su viaje a la capital, lleno de desafíos y limitaciones económicas, fue testigo de su perseverancia. A pesar de las adversidades, lograron grabar su primer álbum en 1963, “Llegaron Los Apson”, que catapultó su carrera. Con éxitos como “Popelle” y una creciente fama, comenzaron a realizar giras por todo el país y a colaborar con otros artistas.

No obstante, el éxito trajo consigo una presión interna en la banda. La tensión entre los miembros, especialmente con el vocalista Franky, culminó en su salida, lo que dejó a Los Apson Boys en una encrucijada. Aunque la banda eventualmente se disolvió, su legado permanece vivo, con algunos de sus fundadores rindiendo homenaje a su historia musical. Su impacto en la música mexicana sigue siendo innegable, convirtiéndose en parte esencial de la banda sonora de una generación.