A los 86 años, Jorge Rivero finalmente rompe el silencio y revela aspectos de su vida que muchos sospechaban. Este icónico actor mexicano, conocido por su físico musculoso y su carisma, ha cautivado al público a lo largo de su carrera en el cine, que abarca desde películas clásicas como “El pecado de Adán y Eva” hasta su colaboración con John Wayne en “Río Lobo”.

Detrás de la fama, Rivero ha enfrentado numerosos desafíos personales, desde las presiones de Hollywood hasta las dificultades en sus relaciones. En su juventud, se casó con Irene Janer, con quien tuvo dos hijos. Sin embargo, las exigencias de su carrera afectaron su matrimonio, llevando a su eventual divorcio. A pesar de la separación, Rivero siempre priorizó su papel como padre.

A lo largo de su vida, ha tenido romances notables, incluyendo una relación de ocho años con la actriz colombiana Amparo Grisales. Aunque su conexión fue intensa y apasionada, las presiones de la fama eventualmente los separaron. Posteriormente, encontró estabilidad al casarse con Betty, quien ha sido su compañera durante más de 30 años y un pilar en su vida.

En una conmovedora reflexión sobre su amistad con el fallecido Andrés García, otro ícono del cine mexicano, Rivero recordó su vínculo de más de cinco décadas, resaltando que más allá de la rivalidad, compartían una admiración mutua. A pesar de las dificultades que han enfrentado, Rivero se ha mantenido activo y en buena salud, incluso participando recientemente en una película en Italia.

La trayectoria de Jorge Rivero, marcada por su dedicación al cine y al fitness, continúa inspirando a nuevas generaciones. A medida que comparte su historia, es evidente que, a pesar de su retiro, su legado perdura en el corazón de sus seguidores. Su vida es un testimonio de perseverancia y pasión, recordándonos que nunca es tarde para seguir nuestros sueños.