En un episodio reciente de su programa, la conductora Rocío Sánchez Azuara tomó la decisión de expulsar al comediante Capi Pérez tras una violenta irrupción. Durante la transmisión, Sánchez Azuara, con voz firme, dejó claro que no permitiría la entrada de Pérez, especialmente en el mes de la mujer, enfatizando que no caería en provocaciones ni juegos mediáticos.

Este conflicto se produce en un contexto en el que ambos personajes han mantenido un distanciamiento, alimentado por las críticas de Rocío hacia el estilo de humor de Pérez. A pesar de que el comediante ha gozado de popularidad en programas como “Venga la alegría”, su enfoque irreverente ha suscitado controversias, siendo la presentadora una de las voces más críticas. En una reciente entrevista, Pérez admitió que no ha intentado reconciliarse con Sánchez Azuara, ya que no cree que ella esté interesada en retomar la comunicación.

Las tensiones han llevado a que la producción de TV Azteca intente mediar entre ambos, buscando que Capi Pérez se disculpe públicamente antes de participar nuevamente en el programa de Rocío. Sin embargo, la presentadora se ha mantenido firme en su postura de no permitir su presencia sin una disculpa. Este enfrentamiento no solo ha generado atención mediática, sino que también plantea un debate sobre los límites de la comedia y el respeto en el ámbito televisivo.

El incidente resalta la fragilidad de las relaciones en el mundo del entretenimiento, donde los egos y las personalidades chocan en un entorno cada vez más crítico. Mientras la controversia sigue desarrollándose, los seguidores de ambos artistas permanecen atentos a cómo evolucionará esta situación, que podría marcar un precedente en la gestión de conflictos en la televisión mexicana.