El icónico programa de comedia británico “The Benny Hill Show”, que cautivó a audiencias desde 1955 hasta 1991, se desvaneció del panorama televisivo debido a un creciente escrutinio sobre su humor y representación de las mujeres. A pesar de su éxito inicial, con más de 21 millones de espectadores en su apogeo, el programa comenzó a enfrentar críticas durante la década de 1980, cuando los cambios en las normas sociales hicieron que su estilo de comedia slapstick y sus icónicas escenas de persecución se percibieran como anticuados y, en ocasiones, ofensivos.
Benny Hill, el creador y protagonista del espectáculo, era conocido por sus travesuras cómicas y su habilidad para la mímica, pero su humor se volvió cada vez más problemático a medida que el feminismo y la crítica social ganaron terreno. El humor, que alguna vez fue celebrado, fue catalogado como sexista y misógino, lo que llevó a un deterioro en la imagen del programa. En 1989, el director de entretenimiento ligero de Thames Television, John Howard Davis, anunció su cancelación, citando la disminución de la audiencia y los altos costos de producción como razones principales.
A pesar de su crítica negativa, el legado de “The Benny Hill Show” perdura. En 2021, el programa fue reintroducido en España, generando debates sobre su contenido controvertido. Aunque algunos lo ven como un clásico atemporal, otros lo consideran un relicario de una era diferente, donde el humor a expensas de las mujeres era más aceptado. La figura de Hill, admirada incluso por celebridades como Charlie Chaplin y Michael Jackson, refleja la complejidad de su legado: un comediante que, a pesar de su éxito, nunca logró adaptarse a los cambios culturales que eventualmente llevaron a su desaparición.
La vida personal de Hill también estuvo marcada por la soledad, nunca se casó ni tuvo hijos, y su salud declinó tras su despido. Falleció en 1992, dejando un legado que sigue generando discusión sobre los límites del humor en la televisión. A medida que la sociedad avanza, “The Benny Hill Show” se convierte en un tema de reflexión sobre cómo el entretenimiento debe evolucionar para alinearse con las normas contemporáneas.