Diana Ross, la icónica reina del soul, no solo conquistó al mundo con su poderosa voz, sino que también desempeñó un papel crucial en la vida de Michael Jackson, desde su infancia hasta su vida adulta. Conocida por su trabajo en The Supremes, Ross se convirtió en una figura clave para los Jackson Five cuando Michael tenía apenas 10 años. Ella presentó al grupo en un especial de televisión, brindándoles una plataforma fundamental para alcanzar la fama.

A medida que Michael crecía, su relación con Diana evolucionó. Ella se convirtió en su mentora y su apoyo emocional en un entorno lleno de presión y expectativas. En sus momentos más difíciles, Ross estuvo a su lado, ayudándole a navegar los desafíos de la industria musical. Aunque su vínculo fue platónico en muchos aspectos, Michael siempre habló de Diana con un profundo respeto y admiración, considerándola una influencia crucial en su vida.

La vida de Diana no solo se limitó a la música. También dejó su huella en el cine, debutando en 1972 con “Lady Sings the Blues” y participando en otros proyectos destacados. Su colaboración con Lionel Richie en “Endless Love” en 1981 se convirtió en un éxito monumental, consolidando su estatus como una leyenda viva.

A pesar de los rumores sobre un romance entre ambos, la naturaleza exacta de su relación siempre ha estado envuelta en misterio. Michael, en su testamento, incluso designó a Diana como tutora de sus hijos, lo que refleja la confianza y el cariño que siempre le tuvo.

Diana Ross y Michael Jackson son dos figuras que han dejado una marca indeleble en la música y la cultura popular. Su conexión, que comenzó en la infancia y se desarrolló a lo largo de los años, continúa fascinando a los seguidores de ambos artistas, quienes reconocen la importancia de su relación en sus trayectorias.