Veinte años después de su muerte, el príncipe Rainiero III de Mónaco ha roto su silencio sobre su matrimonio con Grace Kelly, revelando secretos y verdades ocultas que desafían la imagen perfecta del cuento de hadas que la rodeó. Grace Kelly, la icónica estrella de Hollywood, se convirtió en la princesa de Mónaco tras su boda en 1956, pero su vida real estuvo marcada por desafíos y tensiones que pocos conocían.
En una reciente entrevista, el príncipe Rainiero comparte detalles íntimos sobre su relación, describiendo a Grace como una mujer compleja que enfrentó dificultades significativas al adaptarse a la vida real. Aunque su matrimonio fue visto como un sueño, Rainiero confiesa que las presiones de la realeza y el constante escrutinio público afectaron su felicidad. “Grace tenía esta increíble capacidad de ocultar sus sentimientos, pero a veces se cansaba de ello”, revela el príncipe.
La historia de su encuentro es casi mágica: todo comenzó en el Festival de Cine de Cannes en 1955. Grace, acompañada por una amiga, fue presentada al príncipe por la actriz Olivia de Havilland. A partir de ese momento, ambos comenzaron a intercambiar cartas, lo que derivó en un romance secreto que culminó en su compromiso.
Sin embargo, a medida que se asentaron en su vida monegasca, las tensiones comenzaron a surgir. La lucha de Grace por dejar atrás su carrera en Hollywood y adaptarse a sus responsabilidades reales generó conflictos. Rainiero señala que aunque Grace trajo ideas frescas al palacio, también enfrentó la soledad y el aislamiento.
La trágica muerte de Grace en 1982, tras un accidente automovilístico, ha sido objeto de especulaciones y teorías. Rainiero revela que la confusión sobre el accidente fue exacerbada por comunicados engañosos del palacio, dejando al público sin una imagen clara de lo que realmente sucedió.
A través de estas revelaciones, el príncipe Rainiero busca humanizar la figura de Grace Kelly, mostrando que detrás de la imagen de la princesa perfecta había una mujer que luchaba por encontrar su lugar en un mundo que a menudo parecía inalcanzable. La historia de Grace es un recordatorio de que incluso los cuentos de hadas pueden tener sombras.