La historia de Mari Trini, una de las voces más emblemáticas de la música española, es un relato de lucha, resistencia y autenticidad. Nacida en una familia ajena al mundo artístico, su vida tomó un giro inesperado cuando, a los siete años, cayó gravemente enferma. Esta enfermedad la mantuvo recluida durante siete largos años, periodo que, en lugar de aplastar su espíritu, encendió su pasión por la música. En su aislamiento, Mari encontró en la guitarra un refugio y comenzó a componer canciones que reflejaban su dolor y anhelos.

A medida que creció, su amor por la música la llevó a enfrentarse a las expectativas familiares que la mantenían atada a un futuro tradicional. A los 18 años, decidió romper con su hogar y buscar su propia voz, una decisión que marcó el inicio de su carrera musical. Con el apoyo de figuras influyentes como el director Nicolas Ray, Mari se trasladó a Londres y, posteriormente, a París, donde comenzó a forjar su camino en la música.

Su regreso a España en los años 70 coincidió con un momento de cambio social, y su música se convirtió en un himno de protesta. Con temas como “Yo no soy esa”, desafió las normas de género y se convirtió en una voz poderosa para las mujeres en una época de opresión. A lo largo de su carrera, Mari Trini no solo se destacó por su talento, sino también por su enfoque audaz hacia la vida y el amor, convirtiéndose en un ícono para la comunidad LGBT.

A pesar de su éxito, su vida personal permaneció marcada por el misterio y la reserva. La relación con su pareja de toda la vida, Claudette, fue mantenida en privado, reflejando su deseo de proteger su intimidad de la mirada pública. Mari Trini falleció en 2009, pero su legado musical y su mensaje de empoderamiento femenino perduran, resonando en las vidas de aquellos que se sienten invisibles. La biografía oficial de Mari Trini, escrita por Miguel Fernández, promete revelar más sobre la complejidad de su vida, ofreciendo una mirada profunda a la mujer detrás de la música que sigue inspirando a generaciones.