Silvia Pinal, la icónica estrella del cine mexicano, falleció el 28 de noviembre de 2024, dejando un legado imborrable en la cultura de México. Dos meses después de su muerte, la lectura de su testamento ha generado una gran expectación y especulación, revelando detalles que han sorprendido a familiares y seguidores.
La fortuna de Pinal, estimada en 50 millones de dólares, incluye propiedades valiosas, como su mansión en Pedregal y el Teatro Silvia Pinal, emblemático de su dedicación a las artes. A pesar de su éxito, la familia ha enfrentado tensiones internas relacionadas con la distribución de su patrimonio. Según informes, Silvia ya había designado a sus herederos, compuestos por sus tres hijos: Silvia Pasquel, Alejandra Guzmán y Luis Enrique Guzmán, así como a sus nietas y bisnietas.
La designación de María Elena Galindo, hermana de Tina Galindo, como ejecutora del testamento ha añadido un matiz emocional, ya que Tina había sido la primera elegida antes de su fallecimiento. Sin embargo, la familia aún no se siente lista para enfrentar la lectura, programada para el 15 de enero de 2025. La situación se complica con la controversia sobre las cenizas de Pinal, ya que Alejandra Guzmán supuestamente tomó más de su parte para crear un diamante, lo que ha generado descontento entre sus hermanos.
Las tensiones han sido palpables, evidentes en el comportamiento de Alejandra durante las entrevistas post-fallecimiento, donde su incomodidad ha despertado interrogantes sobre la dinámica familiar. A medida que se acercan los días previos a la lectura del testamento, el interés por conocer los detalles de la herencia de Pinal continúa en aumento, dejando a muchos a la expectativa de cómo se resolverán las disputas y se honrará su legado. La memoria de Silvia Pinal no solo vive a través de sus obras, sino también en las complejidades que su herencia ha desatado entre sus seres queridos.