Era llamado “La voz” por su imponente rango vocal, su corazón no pudo más

Steve Perry, el icónico vocalista de Journey, dejó una huella imborrable en la música de los años 80 con su potente voz y su capacidad para cautivar al público. Sin embargo, su carrera sufrió un abrupto parón de 25 años, una decisión dolorosa que tomó tras el fallecimiento de sus seres queridos. La historia de Perry es un recorrido lleno de éxitos, pero también de tragedias personales que lo llevaron a alejarse de la música que tanto amaba.

Perry se unió a Journey en 1977 y, bajo su liderazgo, la banda lanzó álbumes legendarios, incluyendo “Escape” y “Frontiers”, convirtiéndose en uno de los grupos de rock más importantes de la época. Su canción “Don’t Stop Believin'” se ha mantenido como un himno atemporal, resonando en generaciones posteriores gracias a su inclusión en películas y series.

Sin embargo, en el pico de su carrera, Perry se retiró, alegando que había perdido su amor por la música. Este retiro coincidió con la muerte de su novia, Kelly Nash, quien le había pedido que regresara al escenario. Tras su muerte, Perry se sumió en la tristeza y se alejó de la vida pública y musical, dejando a muchos fanáticos en la incertidumbre.

Después de más de dos décadas, Perry regresó con un nuevo álbum en 2018, “Traces”, un homenaje a su amor perdido. Aunque su regreso ha sido aplaudido, su presencia en redes sociales es limitada, lo que ha generado especulaciones sobre su futuro en la música. A pesar de las dificultades, la voz de Perry sigue siendo una de las más reconocibles y admiradas del rock, y sus seguidores esperan ansiosos más música de un artista que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de ser “La voz”.