La trayectoria del pastor Cash Luna, conocido por su carisma y su habilidad para atraer multitudes, ha estado marcada por un ascenso meteórico desde sus humildes orígenes hasta convertirse en una figura prominente del cristianismo en América Latina. Nacido en Guatemala en 1962, Luna enfrentó una infancia difícil, pero encontró su camino a través de la fe cristiana, lo que lo llevó a fundar la iglesia Casa de Dios. Este templo, que comenzó en una modesta sala de estar, se transformó en un monumental complejo que ha llegado a costar aproximadamente 44 millones de dólares.

A pesar de su éxito y de ser aclamado por sus seguidores por sus supuestos milagros de sanación, la vida de Cash Luna no ha estado exenta de controversias. En los últimos años, ha enfrentado acusaciones graves, incluyendo vínculos con el narcotráfico, específicamente con Marlor Chacón, una narcotraficante condenada. La investigación de estas conexiones ha puesto en tela de juicio la fuente de su fortuna y su estilo de vida lujoso, que contrasta marcadamente con la pobreza que enfrenta gran parte de la población guatemalteca.

Críticos de Luna han señalado que su enfoque en las donaciones y su ostentación de riqueza sugieren una idolatría hacia el dinero, lo que contradice los valores espirituales que predica. A lo largo de su carrera, ha sido objeto de múltiples acusaciones de fraude y mala praxis, especialmente en relación con eventos de sanación que han terminado en tragedia.

Sin embargo, a pesar de las controversias, la familia Luna se mantiene unida y activa dentro del ministerio. Su esposa Sonia y sus tres hijos han estado involucrados en la expansión de Casa de Dios y en programas de alcance comunitario, lo que sugiere que, a pesar de las acusaciones, la familia sigue comprometida con su misión espiritual. La historia de Cash Luna es, por tanto, un reflejo de la compleja intersección entre la fe, el dinero y la controversia en la vida pública. A medida que avanza la investigación sobre sus actividades, la figura de Cash Luna continúa generando tanto devoción como rechazo, dejando en el aire la pregunta sobre el verdadero impacto de su ministerio.