El asesinato de Víctor Iturbe, conocido como El Pirulí, en 1987, dejó a México sumido en la conmoción y el misterio. Este icónico cantante, querido por su talento, fue encontrado muerto en su hogar tras recibir múltiples disparos, lo que desató una investigación que pronto reveló un laberinto de disputas comerciales y conflictos personales. En medio de este tumulto, el nombre de Jorge Vargas, actor y cantante de renombre, emergió como un personaje de interés, avivando rumores sobre su posible implicación en el crimen.

Jorge Vargas, que había forjado una exitosa carrera en la televisión y el cine, había tenido una rivalidad con El Pirulí que se remontaba a años atrás. A pesar de las especulaciones, Vargas siempre mantuvo su inocencia, argumentando que no había motivos para vincularlo con el asesinato. Sin embargo, su conexión con el mundo del entretenimiento y su historia personal con el cantante lo colocaron bajo un intenso escrutinio mediático.

La noche del asesinato, El Pirulí estaba en su casa, disfrutando de una tranquila velada. Sin embargo, su vida fue truncada de forma violenta por individuos armados que, según las investigaciones, podrían haber tenido motivos de venganza relacionados con conflictos financieros. Las indagaciones revelaron que el cantante estaba involucrado en un proyecto inmobiliario problemático y tenía deudas significativas, lo que generó múltiples sospechas sobre posibles motivos detrás de su muerte.

Aunque Vargas fue interrogado, no se encontraron pruebas concretas que lo vincularan con el crimen. La investigación, plagada de irregularidades y manipulaciones, se estancó rápidamente, dejando muchas preguntas sin respuesta. Mientras tanto, el vínculo de Vargas con El Pirulí continuó atrayendo la atención mediática, convirtiéndolo en un personaje clave en esta oscura historia.

Con el tiempo, la trama se complicó aún más debido a la falta de cooperación de la familia de El Pirulí y la revelación de conexiones políticas que rodeaban el caso. A medida que nuevos detalles emergían, la figura de Jorge Vargas seguía siendo central en la narrativa, dejando a muchos preguntándose si realmente fue un testigo inocente o si había una verdad más oscura detrás de su relación con El Pirulí. La historia de El Pirulí sigue siendo un recordatorio de la complejidad del mundo del entretenimiento y los secretos que a menudo permanecen ocultos.