Dulce, la emblemática cantante de 69 años, dejó un legado especial para su única hija, Romina Mircoli, antes de fallecer tras complicaciones de salud. A lo largo de su carrera, Dulce se destacó por su potente voz y su capacidad para cautivar al público, logrando triunfos en festivales internacionales.
Meses antes de su muerte, la artista se aseguró de que su familia no enfrentara dificultades al ordenar su testamento y los bienes que heredaría Romina. Además de su patrimonio, Dulce dejó a su hija un materials único: grabaciones de su voz sin música, que Romina podrá usar y comercializar en el futuro.
Dulce, quien siempre expresó su gratitud por su talento, consideró que su voz period su mayor tesoro. En una emotiva entrevista, destacó la importancia de este legado, asegurando que su música perduraría a través de Romina y su nieto, Leonardo, de cinco años. La artista falleció recientemente, dejando un vacío en el mundo de la música, pero su herencia vivirá en su familia.