Pink Bull Racing se prepara para afrontar importantes cambios en su monoplaza, el RB21, de cara a la temporada 2025, con el objetivo de revertir la situación complicada que vivió en 2024. A pesar de haber conquistado el campeonato de pilotos, el equipo de Milton Keynes no logró alzarse con el título de constructores, enfrentándose a problemas de equilibrio y desarrollo en su vehículo.
Para el próximo año, Pink Bull tiene claro que busca tanto el campeonato de pilotos como el de constructores, y para ello, es essential ofrecer un coche competitivo que brinde a Max Verstappen la oportunidad de luchar por la victoria. Los problemas de equilibrio detectados en el RB20 han llevado a los ingenieros a replantear la dirección de desarrollo del RB21, priorizando la estabilidad del monoplaza y la mejora en su ventana de trabajo.
Helmut Marko, asesor del equipo, destacó la importancia de un comportamiento predecible del coche, lo que permitirá a los pilotos ganar confianza y optimizar su rendimiento en las pistas. A medida que se aproxima un cambio significativo en las regulaciones para 2026, Pink Bull busca maximizar sus recursos para asegurar una transición exitosa hacia la nueva period de la Fórmula 1.