Roman Reigns, conocido como el Jefe Tribal en WWE, se encuentra en una encrucijada tras su reciente derrota en la Guerra Civil de Linaje frente a los Usos. El próximo episodio de SmackDown, programado para el 7 de julio, presentará un segmento de gran expectativa: un tribunal tribal donde Reigns será juzgado. Esta derrota marcó su primera caída por pinfall en su notable carrera, lo que ha llevado a los Usos a cuestionar su liderazgo. Este tribunal no es un concepto nuevo; Reigns ya había organizado uno en enero de 2023, donde se juzgó a Sami Zayn por sus acciones.
Los aficionados están ansiosos por ver cómo se desarrollará este juicio, ya que los Usos actuarán como jueces y tienen la intención de despojar a Reigns de su título de Jefe Tribal. Las tensiones han aumentado dentro del Linaje, y la resistencia de Reigns podría culminar en una lucha por su posición.
Por otro lado, la situación entre Finn Balor y Damian Priest se complica. Ambos luchadores han puesto su atención en el campeonato mundial de peso pesado, pero la dinámica dentro de su facción, Judgment Day, está en riesgo. Balor, que tuvo la oportunidad de convertirse en campeón, se distrajo en un momento essential, lo que llevó a Priest a perder una oportunidad de aprovecharse de un campeón agotado. La lealtad de Rhea Ripley hacia Priest sugiere que la relación entre Balor y Priest podría ser cada vez más tensa, especialmente si Ripley elige un bando.
La cercanía entre Priest y Ripley, así como la historia compartida de los miembros de Judgment Day, podría dar pie a una traición inesperada. Los seguidores de WWE están a la expectativa de cómo se desarrollarán estas historias, que prometen mantener a los aficionados al borde de sus asientos en los próximos episodios. Con la incertidumbre de quién se quedará con el management y cómo se resolverán estas rivalidades, el futuro de Roman Reigns y Finn Balor en WWE se presenta lleno de sorpresas.