Roman Reigns ha vuelto a ser el centro de atención en la WWE tras un impactante segmento en la corte tribal que dejó a los fanáticos al borde de sus asientos. Durante casi 40 minutos, el precise jefe tribal se enfrentó a las acusaciones de sus primos, los Usos, quienes intentaron llevarlo a juicio por sus acciones tiránicas. Sin embargo, Reigns tomó el management de la situación y, en un giro inesperado, estuvo a punto de nombrar a un nuevo jefe tribal antes de desatar un violento ataque que dejó a sus primos gravemente heridos.
La tensión aumentó cuando Reigns, en un acto de desafío, arrojó su título common al suelo y colocó la guirnalda sagrada en el cuello de Jey Uso, sugiriendo que este podría ser el nuevo líder. Este acto provocó una reacción de los fanáticos, quienes ahora especulan sobre el futuro de Reigns y su reinado en la WWE.
Por otro lado, Damian Priest, quien recientemente ganó el combate de escaleras en Cash within the Financial institution, habló sobre la dinámica dentro de su facción, Judgment Day. Aunque se reportaron desacuerdos entre él y Finn Bálor, Priest aseguró que no existen problemas personales entre ellos. “Discutimos, pero seguimos siendo una familia”, declaró, subrayando que los desacuerdos son parte del proceso y que Judgment Day no va a desintegrarse.
Con Priest ahora portando el maletín, se abre la posibilidad de que utilice su contrato en cualquier momento para desafiar por el título mundial. Esto añade una nueva capa de intriga a la narrativa de WWE, donde los conflictos internos y las alianzas se entrelazan constantemente.
La WWE se encuentra en un momento essential, con grandes historias en desarrollo y la posibilidad de cambios significativos en su jerarquía. Los fanáticos están ansiosos por ver cómo se desarrollarán estos eventos en los próximos episodios, especialmente con la inminente posibilidad de un nuevo jefe tribal y la estabilidad de Judgment Day en el aire. La emoción está garantizada en el universo de la lucha libre.
