Ángela Aguilar fue anfitriona de un evento de premiación en el Auditorio Nacional de México, donde la seguridad fue extremadamente estricta.
La imagen pública de Ángela ha cambiado drásticamente, pasando de ser vista como “la niña buena” a enfrentar críticas y ser considerada una de las personas más odiadas en México, según un ranking de medios.