El inesperado fallecimiento del conocido sacerdote Alfredo Gallegos Lara, popularmente conocido como el “Padre Pistolas”, a los 71 años, ha dejado a su comunidad en estado de shock. Este carismático religioso, quien se hizo famoso por su enfoque poco convencional hacia la fe y la justicia, se convirtió en un símbolo de esperanza en un México marcado por la violencia y el miedo.

El Padre Pistolas rompió con el estereotipo tradicional de un sacerdote. No solo predicaba la palabra de Dios, sino que también defendía el derecho a la autodefensa en un contexto de creciente criminalidad. Durante sus misas, instaba a sus feligreses a estar preparados para enfrentar el mal, lo que le valió tanto admiradores como detractores dentro y fuera de la iglesia. Su estilo directo y su disposición a criticar la corrupción y la impunidad le generaron enemigos, pero también un ferviente apoyo popular.

Más allá de sus controversiales sermones, el Padre Pistolas se comprometió con su comunidad a través de acciones concretas. Desde la construcción de caminos rurales hasta la creación de un comedor comunitario y una escuela técnica, su trabajo ha tenido un impacto tangible en la vida de muchas personas. Enfrentó amenazas por su activismo social, pero nunca retrocedió. Su lema era claro: “¿De qué sirve rezar si no hacemos nada por mejorar la vida de los demás?”

Su legado incluye la promoción de la medicina natural, cultivando plantas medicinales y ofreciendo remedios a quienes no tenían acceso a atención médica. Sin embargo, sus métodos también suscitaron preocupación entre profesionales de la salud, quienes advertían sobre el peligro de reemplazar tratamientos convencionales por remedios alternativos.

El Padre Pistolas no solo fue un líder espiritual, sino también un referente de resistencia y cambio en su comunidad. Su vida, marcada por la fe y la acción, inspiró a muchos a luchar por un futuro mejor. Su fallecimiento deja un vacío difícil de llenar, pero su legado perdurará en las enseñanzas y acciones de aquellos a quienes tocó con su entrega y valentía. Su historia, llena de matices, continúa resonando en cada rincón de la comunidad que él tanto amó y defendió.