La vida de Enrique Lizalde, uno de los actores más emblemáticos de México, estuvo marcada por un contraste entre el éxito profesional y la tragedia private. Desde sus humildes inicios en el barrio de Portales, Lizalde destacó por su imponente presencia y su profunda voz, cautivando al público en teatro y televisión. Su relación con la actriz Alma Muriel, intensa y apasionada, culminó en un desenlace trágico que dejó cicatrices en ambos. Nacido en 1936, Lizalde se formó en ópera y teatro, convirtiéndose en una figura respetada que rehusó ser encasillado, explorando roles complejos en producciones icónicas como “Corazón salvaje”. A pesar de su éxito, su vida private estuvo marcada por luchas internas y la búsqueda de un equilibrio entre su carrera y su familia. Su legado perdura, no solo en sus actuaciones, sino también en su compromiso con los derechos de los actores, dejando una huella imborrable en el mundo del entretenimiento.