Los Recreation Awards son criticados por permitir la nominación de DLCs y remasters en las categorías de premios, lo que genera controversia entre los jugadores.
Se argumenta que los premios son más una estrategia de advertising and marketing que un reconocimiento genuino del trabajo creativo y técnico en la industria de los videojuegos.
La elegibilidad de expansiones, DLCs, remakes y remasters ha sido cuestionada, ya que se considera injusto que compitan con juegos completos lanzados en el mismo año.
Un 90% del voto en los Recreation Awards proviene de un jurado, mientras que solo un 10% es de los jugadores, lo que ha llevado a acusaciones de falta de representatividad.
Se menciona que varios medios de comunicación, que no se enfocan exclusivamente en videojuegos, forman parte del jurado, lo que genera desconfianza en la credibilidad de los premios.
Comentarios de la comunidad indican que muchos jugadores sienten que los premios ignoran títulos importantes y que la inclusión de ciertos juegos en la lista de nominados es cuestionable.
Se sugiere que el voto de los jugadores debería tener un peso mayor en la decisión ultimate, dado que los videojuegos están destinados a ellos y no a los críticos.