Luciana Salazar ha desatado una tormenta mediática al calificar a Martín Redrado de “psicópata narcisista” en un explosivo intercambio que pone en el centro de la polémica los derechos de su hija, Matilda. La situación se ha intensificado en las últimas semanas, con Salazar asegurando que la relación con Redrado está “terminada”, aunque sus declaraciones sugieren lo contrario, ya que él sigue siendo un tema recurrente en sus intervenciones públicas.
La controversia gira en torno a un contrato que Redrado firmó, comprometiéndose a mantener a su hija hasta la mayoría de edad. Sin embargo, el ex de Salazar ha dejado de pagar, lo que ha llevado a la artista a tomar acciones legales en su contra. “Él firmó un contrato, no puede dejar de pagar”, enfatizó Salazar, mientras criticaba la falta de responsabilidad de Redrado y su obsesión por la atención mediática.
A medida que el juicio avanza, la situación se complica aún más. Redrado ha solicitado la nulidad del contrato, alegando que no es un “deudor alimentario” ni “padre afín”, lo que ha generado un intenso debate sobre los derechos de los menores y las obligaciones de los padres. Salazar, por su parte, ha defendido su posición, recordando que ella se atrevió a ser madre gracias al apoyo económico de Redrado.
La tensión entre ambos se ha vuelto palpable, con acusaciones mutuas de comportamiento tóxico y extorsión. Mientras Salazar sigue luchando por el bienestar de su hija y la justicia que considera necesaria, Redrado parece estar más enfocado en su propia defensa legal. La comunidad está atenta a cómo se desarrollará este drama familiar, que cada día se vuelve más explosivo y complicado. La pregunta que todos se hacen es: ¿cuál será el desenlace de esta batalla mediática y legal?